Capital: Deuda – Territorio – Utopía
El arte se acerca a la crisis financiera en la que estamos
inmersos desde el 2007. Una crisis en la que la deuda ha sido uno de los
actores principales. Se ha originado en territorio occidental, pero se ha
mutado y ha invadido poco a poco todo el mundo. La utopía es la luz al final
del túnel. Esa salida de la crisis que llevamos años pronosticando pero que no
queda definida. ¿Será un cambio de sistema? ¿Será el final de la sociedad
capitalista? ¿El liberalismo muere como lo hizo el comunismo?
El Hamburger Bahnhof - Museum für Gegenwart de Berlín, nos ofrece
su visión particular de esta crisis en la exposición "El capital: la deuda- Territorio - Utopía". Comisionada por Eugen Blume y Catherine Nichols,
explica, a través de la instalación de Joseph Beuys, Das Kapital Raum, 1970–1977
(algo así como el espacio del capital, en clara alusión al trabajo
seminal de Karl Marx: Das Kapital), creada
para la Bienal de Venecia de 1980, deja ver su cambio de paradigma, resumido en
una afirmación “ART = CAPITAL”. La exposición se nutre de obras de arte
contemporáneo de la colección del Staatliche Museen de Berlín que ayudan a
resolver cuestiones que el sector económico-financiero a nivel mundial está
tratando de resolver. ¿Qué entendemos por capital? ¿Qué se entendía antes por
capital? Y lo que es más importante, ¿qué entenderemos por capital el día de
mañana? Está claro que el “homo
economicus” de Adam Smith ya no tiene cabida en la sociedad actual. El
nuevo “homo economicus” está más
enfocado a la creación del valor que al interés en si o al intercambio.
Un recorrido por las distintas obras presentes en las salas del
museo, nos permite dejar atrás los libros financieros y tener una visión a
través del arte de lo que ha podido ser el capital y en que está mutando, con
la intención de poner al capitalismo “patas arriba”. Una transformación de la
que apenas hemos sido conscientes, pero que ha tenido una protagonista de
excepción en los últimos años: la deuda.
Si por invertir entendemos la renuncia a una satisfacción
inmediata en el presente por la materialización de la esperanza de una
satisfacción mayor en el futuro, ¿se podría definir la acción de endeudarse
como la adquisición de una de satisfacción inmediata en el presente a cambio de
una obligación a renunciar a una futura satisfacción?
Entender el concepto es simple, para poder invertir en un activo
necesito disponer de efectivo. Para poder disponer de efectivo, existe la
opción de endeudarse. La inversión me obligará a dejar de disfrutar del
efectivo que invierto. La deuda me permitirá tener el efectivo que necesito
para la inversión. En la exposición, el uso de obras de arte, películas,
objetos del mundo, incluso secuencias de musicales y canciones, nos permite
aproximarnos a la esencia del valor del capital, tan necesario en la sociedad
actual, pero no por ello deja de ser un concepto etéreo y falto de
tangibilidad.
El arte en si mismo se considera una inversión desde que en 1957
tuvo lugar la histórica subasta de la gran colección de van goghs de Wilhelm
Weinberg, banquero y filántropo holandés, fallecido ese mismo año sin
herederos. La fiesta tuvo lugar en Sotheby’s, y la ofició, como no podía ser
menos el gran Peter Wilson. El precio más alto de la noche fue de ciento cincuenta
mil dólares por un van Gogh, pero el total de la colección casi alcanzó el
millón de dólares, el inicio de esa ecuación de arte y dinero.
La exposición se puede ver todavía hasta el 6 de noviembre de
2016. Una oportunidad para observar objetos, piezas y obras de arte que van
desde una tablilla en escritura cuneiforme de a antigua Babilonia que recogía
el contrata de venta de una mujer esclava, a obras del antiguo Egipto, de
Warhol, el mismo Joseph Beuys, Larry Clark, Harun Farocki (en la actualidad con
una retrospectiva en la Fundació Antoni Tàpies de Barcelona), Jeff Wall, Paul
Klee, Rodin, primeras ediciones de André Malraux, Emmanuel Kant, incluso “El
Evalngelio según Mateo”, película de Pier Paolo Pasolini, o el vídeo de Carmen
Miranda interpretando “The Lady in the Tutti Frutti Hat”. Cerca de 120 objetos,
obras de arte, vídeos o piezas de incalculable valor te sumergirán en una
reflexión diferente de hacia donde va el capitalismo.
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